“Son las tres de la tarde de un tres de agosto de un año par”
Esta frase marca el inicio de las esperadas Fiestas que Aspe dedica a su patrona, la Virgen de las Nieves. A partir de ese momento se suceden toda una serie de actos de profunda tradición y arraigo popular. Momentos únicos, irrepetibles, y muy esperados, porque Aspe, a diferencia del resto de pueblos o ciudades de España, celebra sus fiestas cada dos años, los años pares para honrar a su Patrona.
La Virgen de las Nieves simboliza una importante tradición labrada generación a generación por nuestros antepasados vecinos de Aspe y Hondón de las Nieves, durante seis siglos. Entre los rasgos más peculiares destacamos el de ser Patrona de dos pueblos, la alternancia de las Fiestas Patronales, pero especialmente, el inmenso cariño que ha despertado la Serranica durante tantos siglos y por tantos miles de personas, siendo sin duda las señas de identidad de ambos pueblos Aspe y Hondón de las Nieves.
En 2018, el Papa Francisco concedió el Año Jubilar con motivo de la celebración del 6º Centenario de la aparición de la Virgen de las Nieves.
LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES
Juan Pedro Asencio Calatayud, el que fuera durante muchos años, Cronista Oficial de la Villa de Aspe y Director de Publicaciones del Patronato “Virgen de las Nieves” hizo una recopilación de una serie de artículos que denominó: Noticias y documentos sobre la sagrada tradición que los pueblos de Aspe y Hondón le profesan a su venerada Patrona la Virgen Santísima de las Nieves. Entre los artículos que relaciona el de “La Sagrada Tradición de Nuestra Señora de las Nieves, Patrona de Aspe y Hondón” nos resume el origen de estas Fiestas, que por su interés pasamos a transcribir:
“La sagrada tradición de la Virgen de las Nieves venerada en Aspe y Hondón, pueblos de su patronazgo, supone una de las tradiciones marianas más sugestiva no sólo de nuestra diócesis, sino de España.
La veneración de la Imagen de la “Serranica”, como popularmente es llamada por sus fervorosos hijos de ambos pueblos, se remonta al siglo XV, y hasta nuestros días ha supuesto una larga y rica historia de sucesos, anécdotas, prodigios e incluso a veces enfrentamientos, pues época hubo en que Hondón y Aspe rivalizaron por ser únicos beneficiarios del patronazgo de tan amada Madre, María de las Nieves.
El origen de la Imagen de la Virgen de las Nieves, que se venera en las poblaciones de Hondón y Aspe, posee una singular y piadosa tradición oral que se ha transmitido, de generación en generación, durante cerca de seis siglos. Supone una pequeña crónica eminentemente popular. Nació del pueblo y vive en el pueblo. Los eruditos la han plasmado en bellas páginas literarias y los poetas han hecho de su relato un verdadero romance épico-religioso.
Al atardecer del 5 de agosto de 1418, hallábanse en la plaza de la ermita de Hondón unos aldeanos comentando la orden recibida de Aspe, para marchar a Biar a postrarse ante la Imagen de la Virgen de Gracia y pedirle su protección. Vieron venir dos jóvenes peregrinos, quienes preguntaron cuál era el camino de Yecla. A lo cual contestaron los aldeanos que estaba muy lejos y no debían proseguir camino, ofreciéndoles alojamiento. Aceptaron los peregrinos, y se volvió a la conversación del viaje a Biar. Advirtiendo los peregrinos el deseo de aquellas gentes por poseer una imagen de la Virgen, se ofrecieron a confeccionarla, dado sus conocimientos sobre la escultura. Pidieron que les permitieran encerrarse solos en la ermita. Al día siguiente seguía la ermita cerrada, sin oírse ningún ruido de trabajo en su interior. Amanecido el día 9 de agosto, jueves, sin poder resistir por más tiempo la curiosidad y a la vez preocupación por la suerte de los peregrinos, los labradores en presencia y con la autorización del alcalde pedáneo y del capellán de la ermita Mosen Esteban Pantoja, rompieron la cerradura y abrieron las puertas.
Con gran admiración encontraron sobre el único altar dedicado a Nuestra Señora del Rosario la nueva Imagen de la Virgen María. Sin nadie que tocara la campana de la ermita volteaba ésta sin cesar, hecho que se continuó por espacio de tres horas. Los alimentos se encontraron sin ser tocados por los peregrinos, y éstos habían desaparecido sin ser vistos por nadie.
Anunciaron el suceso a Aspe, de donde una gran multitud de vecinos con el Cura y el Ayuntamiento al frente acudió a los Hondones llenos de entusiasmo y de ilusión. Para dar título a la Sagrada Imagen se hicieron unas cedulitas con los siguientes nombres: María de la Piedad, María de la Victoria, Refugio de Afligidos, María del Consuelo, y Concepción Inmaculada. Colocadas en un vaso de cristal, al sacar suerte salió el título de Nuestra Señora de la Nieves, título que no había sido puesto en suerte. Se repitió el hecho hasta la tercera vez, y las tres veces apareció el nombre de María de las Nieves. Desde aquel año de 1418 se celebra la Fiesta el 5 de agosto, y al terminar se trasladaba a su santuario de Hondón.”
CONCORDATOS REGULADORES DE LOS CULTOS A LA VIRGEN DE LAS NIEVES
- Primer Concordato. 4 de abril de 1769.
- Segundo Concordato. 6 de mayo de 1776.
- Tercer Concordato. 3 de julio de 1848, y que sigue vigente en la actualidad, establece en su artículo tercero el siguiente acuerdo: “para solemnizar la festividad de la Virgen en su mismo día, principiará a hacerlo en este año Aspe y al siguiente el Hondón, siguiendo así altenativamente”.
LA SERRANICA
Una de las tradiciones más arraigadas en relación con esta festividad es la costumbre popular de escribir versos dedicados a la Virgen de las Nieves como muestra del amor y devoción que sus vecinos sienten por su patrona. Remontándonos siglos atrás, tanto los autores que han sido ilustres poetas como los más sencillos aficionados imprimían sus composiciones y como ofrenda se las echaban desde las ventanas y balcones, como lluvia de flores al paso de la Virgen en las procesiones del 3 y 5 de agosto de los años pares.
D. Vicente Calatayud y Bonmatí, ilustre hijo de Aspe, incluyó en todas sus numerosas publicaciones la siguiente dedicatoria: “Dedico todas mis obras a la Reina”, y decidió reunir y publicar todas aquellas manifestaciones de devoción popular, siendo el origen de la primera CORONA POÉTICA. Esta publicación sería el antecedente de lo que hoy conocemos como la revista “La Serranica”, que desde 1908 inició su andadura, como revista cultural y de manifestación devocional a la patrona de Aspe y Hondón de las Nieves.