Ermita de la Santa Cruz
Sobre el paraje de la Nia, situada en un montículo cercano al casco urbano, aparece en circunstancias misteriosas una cruz a finales del siglo XIX. Por ese motivo, se traslada la ermita que se encontraba en el calvario a lo que ahora es la ermita de la Santa Cruz a la que se accede a través de la calle Pasos, donde se sitúan una serie de pequeñas capillas con mosaicos cerámicos en su interior, representativos del Vía Crucis de Jesús y que dan nombre a la calle.
Al tiempo que se edificó la ermita, se allanó la explanada delantera donde se colocó la Cruz en el centro y se construyeron los pasos del Vía Crucis, siendo todo bendecido el 16 de marzo de 1884. Tras años de permanecer en estado ruinoso, en mayo de 1952 la ermita fue reinaugurada.
Se trata de una construcción sencilla que alberga la imagen del Cristo de la Agonía. Este Cristo es trasladado a la parroquia del Buen Pastor por los vecinos de la Calle Pasos, la semana del 16 de marzo, en recuerdo a su fecha de inauguración y a la basílica Ntra. Sra. del Socorro los viernes de Dolores para participar en las procesiones de Semana Santa y en la representación del Sermón de las Siete Palabras (El Monte). El sábado de Pasión es devuelto a su ermita por la Hermandad de la Madre Desolada y Guardia Pretoriana que lo patrocina sacándole en procesión por las calles de Aspe, junto a la Virgen de los Dolores.
Otros ejemplos de arquitectura popular religiosa son la ermita que alberga la imagen de la Virgen de Fátima en el Barrio los Cipreses, o la ermita La Columna, denominada popularmente “Casica de la Virgen”, situada en las afueras del casco urbano, en el camino de Hondón.